QEEG – Electroencefalograma cuantitativo

QEEG (Electroencefaloframa cuantitativo) o también llamado mapeo cerebral es un procedimiento, que consiste en recoger la actividad eléctrica en las diferentes áreas de nuestro cerebro, mediante la colocación de sensores en la superficie del cuero cabelludo.

El QEEG es un método muy seguro y no invasivo. Se realiza en condiciones de reposo (sin realizar ningún ejercicio cognitivo) para obtener un mapa de frecuencias cerebrales que se comparan con una base de datos de referencia.

Los Potenciales Evocados (ERP), requieren que el cliente ponga a trabajar a su cerebro realizando una serie de tareas cognitivas. Durante el ejercicio se registra la actividad cerebral, para posteriormente tratarla, analizarla y compararla con bases de datos de referencia.

Estas técnicas permiten la detección de endofenotipos y marcadores neurofisiológicos asociados a disfunciones cerebrales.

El qEEG muestra información muy especializada y detallada del funcionamiento cerebral para establecer un diagnóstico y determinar cuál es el tratamiento más específico y eficaz. Los estudios del qEEG/ERP nos han revelado que, a pesar de que dos personas manifiesten los mismos síntomas externos, su actividad eléctrica cerebral puede ser distinta, por lo que su tratamiento debe ser altamente individualizado.

 

Ambas técnicas, aportan información objetiva útil (en algunos casos imprescindible) para el diagnóstico y el tratamiento, permitiendo:

 

– La discriminación entre trastornos con síntomas clínicos similares, evitando errores diagnósticos y reduciendo los plazos de diagnóstico de forma significativa.

– La subclasificación de trastornos, como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).

– La detección de factores de vulnerabilidad para el desarrollo de trastornos mentales.

– Elección de tratamientos personalizados:

– Evitando aquellos que podrían tener efectos negativos. (Algunos fármacos pueden no estar recomendados en algunos tipos de TDAH y ser un tratamiento eficaz en otros)

– Sugiriendo los fármacos a utilizar y las dosis de los mismos. (Generalmente se reducen las dosis farmacológicas)

–Indicando el protocolo de neuroterapia adecuado.