Pivotal response treatment PRT – Entrenamiento de conductas pivotales

¿Qué es PRT?

Pivotal Response Treatment – PRT (en español Entrenamiento de Conductas Pivotales) es un tratamiento con apoyo empírico para niños y jóvenes con trastornos del espectro autista y para sus familias. El modelo de abordaje de PRT trabaja en cuatro áreas esenciales para el desarrollo, llamadas “pivotales”, ya que una vez trabajadas, traerán logros en otras habilidades que no habían sido específicamente abordadas. Estas áreas pivotales son: la motivación del niño, las iniciativas de comunicación social, la capacidad de atender a estímulos complejos del ambiente, y el uso del auto-monitoreo para regular la conducta.

PRT es una intervención que combina estrategias de enseñanza basadas en ABA (el Análisis aplicado de la conducta) y en el Apoyo positivo de la conducta (PBS), con un enfoque liderado por el niño, que tiene en cuenta las etapas del desarrollo. PRT se centra en la motivación del niño e implementa el tratamiento en el medio natural, como el hogar, la escuela y la comunidad, a través del juego, las rutinas y todas aquellas actividades que la persona con TEA realiza diariamente. Los padres, familiares y docentes del niño o joven, pueden aprender a aplicar PRT eficazmente.

Un componente esencial de PRT es el Coaching a Padres, o entrenamiento a padres. Dado que los padres pasan mucho tiempo con sus hijos, ellos tienen amplias oportunidades para poner en práctica PRT durante el día. Es por esta razón que los programas de entrenamiento para padres son ventajosos y se aplican en forma sistemática dentro de PRT. Además, la enseñanza de estrategias a los padres no sólo aumenta la exposición al tratamiento para su niño, sino que mejora la calidad de vida familiar al ofrecer estrategias para manejar situaciones difícil y para empoderar a los padres en su habilidad para estimular el desarrollo de sus hijos y ser modelo para otros adultos en la sociedad.

Muchos estudios de PRT, revisados por pares, han documentado mejoras en las áreas de lenguaje, juego, conducta adaptativa y socialización.

¿Qué es lo que lo diferencia de ABA y/o TCC?

ABA es la sigla, en inglés, del Análisis Aplicado de la Conducta, una disciplina que aplica los conocimientos científicos sobre el aprendizaje humano, para lograr cambios positivos y socialmente significativos en la vida de las personas. Varios tratamientos para el autismo, han tomado de esta disciplina distintas técnicas y procedimientos. Son los llamados enfoques conductuales. Ahora bien, ABA como disciplina ha tenido un largo recorrido y muchas transformaciones. Los tratamientos para TEA que se nutrieron de las primeras técnicas de ABA, son los más estructurados, liderados por el adulto, usan la motivación extrínseca, y enseñan un currículo de informaciones no siempre contextualizadas ni siguiendo la trayectoria del desarrollo infantil. El más famoso es el Ensayo Discreto y el que ha sido objeto de algunas críticas y revisiones. Por eso, la palabra conductual o ABA a veces se confunde directamente con las características de este modelo de tratamiento.

Como decía, ABA evolucionó, y los enfoques para TEA más modernos se nutren de nuevas técnicas y conceptos de lo que se llama ABA contemporáneo. Dentro de estos enfoques está PRT, y también el ESDM, entre otros. En ellos se tienen en cuenta las etapas del desarrollo infantil, las interacciones están lideradas en forma compartida por niño y adulto, se utiliza la motivación intrínseca todo lo posible y la enseñanza es significativa y contextualizada. Podemos decir que PRT se basa en ABA cotemporáneo.

TCC, en cambio, es la sigla de Terapia Cognitiva Conductual (en inglés CBT, Cognitive Behavioral Therapy) que es un tipo de tratamiento psicoterapéutico, generalmente de corto plazo, que aborda la comprensión del individuo de sus propios pensamientos y sentimientos y de cómo éstos influyen en su comportamiento. La TCC se utiliza comúnmente para tratar una amplia gama de trastornos, incluyendo fobias , adicción, depresión. No ha nacido como un modelo de abordaje del autismo. Esta corriente terapéutica evolucionó desde ABA (su parte conductual) y desde otras fuentes (su parte cognitiva) y se ha conformado en una disciplina con características propias.

Lamentablemente en algunos países como Argentina y España, se ha difundido esta denominación para referirse a un conjunto de prácticas profesionales de lo más diversas en relación al autismo, desde un equipo que trabaja interdisciplinariamente en base a un enfoque basado en técnicas ABA, hasta profesionales que combinan diferentes abordajes, o profesionales que no trabajan juntos pero que atienden al mismo niño bajo la denominación “equipo de TCC”. En definitiva la sigla TCC per se, no se refiere a ningún abordaje existente para TEA. Sí es importante aclarar, que ciertas herramientas del verdadero TCC, son utilizadas actualmente y cada vez más, para el abordaje de problemáticas de ansiedad, y otros desafíos sociales de las personas con TEA con perfil Asperger, o con el llamado autismo de alto funcionamiento.

¿Qué similitudes y diferencias tiene con el modelo Denver?

Lo que últimamente se escucha como Modelo Denver es en realidad el ESDM, las siglas en inglés de Early Start Denver Model, el Modelo de Intervención Temprana de Denver. Este es un modelo de intervención para niños de hasta 60 meses, con un diagnóstico, o con riesgo de TEA. El ESDM incluye una herramienta de evaluación (lista de verificación) para ubicar el nivel de desarrollo del niño en diferentes áreas, para luego armar un plan de intervención individualizado. En esta intervención, se usarán las estrategias de enseñanza que propone PRT. Es decir el ESDM toma de PRT, las estrategias para enseñar aquellas habilidades que es importante enseñar a los infantes de hasta 60 meses. Al igual que PRT, cuenta con un componente de entrenamiento o coaching a padres.

¿Es un tratamiento pensado para que los padres apliquen con sus hijos similar a Floortime o les da estrategias para el día a día?

Un programa de intervención basado en PRT y en las estrategias que lo componen, está pensado para generar una rápida curva de aprendizaje de habilidades socialmente significativas y pivotales para el niño, para su rápida generalización y su mantenimiento a través del tiempo. El momento en que estas estrategias pueden aplicarse es … básicamente todo el tiempo y en cualquier momento en la vida cotidiana! Es por eso que se les enseña a los padres, para que ellos las incorporen a las interacciones cotidianas. No se trata de un momento fuera de la rutina donde el padre “se dedica” a hacer PRT. Se trata de una modalidad de interacción, de un manejo positivo de la conducta, del uso de los intereses y la motivación del niño en forma estratégica por el adulto para maximizar el aprendizaje y la calidad de vida de toda la familia.

¿Hay terapeutas que formados en PRT que puedan llevar a cabo este tratamiento o solo deben formar a los padres?

El enfoque nació para que tanto terapeutas como padres apliquen las técnicas. El programa es llevado adelante por terapeutas entrenados. La familia aprende las estrategias a través del componente de Coaching a padres de cada programa y las aplican en la vida cotidiana. Los niños o jóvenes con TEA pueden tener las sesiones tanto en su casa, como en el colegio, en la plaza, en el club, es decir, en el ambiente natural, y con un terapeuta que realiza el abordaje. Si no hay terapeutas entrenados a la mano, existen manuales y libros escritos en un lenguaje muy accesible para darles a los padres muchas ideas concretas. Estos libros no están traducidos al castellano aún pero estamos haciendo fuerza para que eso suceda pronto.

¿Cuáles son los mayores beneficios de este tratamiento?

PRT es uno de los enfoques para TEA del cual se han realizado y publicado más estudios. Dentro de los beneficios reportados podemos mencionar un aprendizaje más rápido de las habilidades, sobre todo las referidas a comunicación social y juego, una sostenida generalización de habilidades y su mantenimiento a través del tiempo, y que los niños presentan muchas menos conductas disruptivas durante las sesiones debido a que se trabaja en base a sus motivaciones. Otro de los grandes beneficios es que los niños muestran más frecuencia y variedad de iniciaciones de comunicación, es decir, los niños no sólo responden a los adultos o pares, sino que inician interacciones. Finalemente, los padres reportan que es un enfoque más “amigable” para ellos, es decir, agradable de implementar en la vida familiar, lo cual permite incorporar más fácilmente a los hermanos.

¿Es compatible con otros modelos de tratamiento?

Dado que PRT toma en cuenta las etapas del desarrollo de la comunicación social, utiliza herramientas de Apoyo positivo de la conducta (donde están incluídos también los apoyos visuales necesarios), trabaja mucho en las iniciativas y autonomía de la persona con TEA, entrena a padres, y es exigente en términos de la coordinación real y efectiva de todos los profesionales involucrados, hay poco que quede por cubrir por fuera. El modelo en sí es bastante completo. Por supuesto, se toman las recomendaciones de las áreas específicas de fonoaudiología, terapia ocupacional, y psicopedagogía para la toma de desiciones de los objetivos a trabajar que son acordados también con los padres. Como criterio, lo que podríamos considerar “no compatible” sería cualquier abordaje que afectara la coherencia que todo niño con TEA necesita tener a su alrededor. Por ejemplo, si dos abordajes tienen muy diferente manejo de la motivación del niño, o de las conductas problemáticas, o de qué oportunidades para aprender se crean o se aprovechan, o del rol y formación de los padres, etc. ahí podríamos hablar de incompatibilidad.

En la experiencia, de la Lic. Natalia Santamaría en Montreal, han entrenado a fonoaudiólogas, musicoterapeutas y terapistas ocupacionales en las estrategias de PRT. Al aplicarlo a sus sesiones, lograron más participación de los niños, menos conductas problemáticas lo que les permitió trabajar más efectivamente en los objetivos específicos de sus áreas. PRT no reemplaza el abordaje específico por área, sino que brinda estrategias concretas, y apunta a lograr una intervención coordinada, coherente y efectiva entre todos los profesionales y familiares que participan.