Descubren que una alteración genética que aumenta el riesgo de autismo y síndrome de Tourette deteriora la comunicación cerebral, y que la ketamina ayuda a restaurar esta función y mejora síntomas de ambos trastornos.
Un nuevo estudio realizado por neurocientíficos de la Universidad de Lancaster, en el Reino Unido, ha descubierto cómo afecta al cerebro la deleción del cromosoma 2p16.3, una alteración genética que suele provocar retraso en el desarrollo y dificultades de aprendizaje, y que además aumenta 15 veces las probabilidades de desarrollar autismo, y 20 veces las de desarrollar síndrome de Tourette.
La deleción de 2p16.3 implica la deleción del gen Neurexin1, que produce una proteína que permite que las neuronas se comuniquen de forma efectiva. Y los investigadores han demostrado que la eliminación de Neurexin1 tiene un impacto en las funciones de las áreas cerebrales involucradas en la aparición de ambos trastornos porque afecta negativamente al tálamo, comprometiendo su capacidad para comunicarse con otras zonas del cerebro, y que la ketamina puede ayudar a restaurar esta función.
La ketamina ayuda a normalizar la comunicación en el cerebro
Los autores del estudio, que se ha publicado en Cerebral Cortex, probaron si con pequeñas dosis de ketamina –un medicamento que se usa en la práctica clínica en dosis más altas como un anestésico– era posible normalizar las alteraciones inducidas por la deleción genética en las funciones cerebrales.
La ketamina podría resultar útil para aliviar los problemas cognitivos y motores que experimentan las personas con autismo o síndrome de Tourett
El Dr. Neil Dawson, investigador de la citada universidad y director del trabajo, ha afirmado que los resultados sugieren que la ketamina podía normalizar las regiones talámicas que se han hiperactivado a consecuencia de la deleción, y restablecer la capacidad de estas áreas para comunicarse con otras zonas del cerebro.
Según este experto, tanto la ketamina, como otros fármacos relacionados, pueden resultar útiles para aliviar los problemas cognitivos y motores que experimentan las personas con autismo o síndrome de Tourette, y sus hallazgos les han proporcionado una valiosa información sobre los circuitos cerebrales afectados por la deleción de 2p16.3 y el uso potencial de la ketamina en el tratamiento de ambas patologías.
Los investigadores también han advertido que es necesario ser precavidos con el uso de la ketamina porque esta droga puede causar efectos adversos y tiene un ciclo de duración corto en el organismo, por lo que van a utilizar la información obtenida para buscar nuevas opciones terapéuticas.